El día de la huelga general, la justicia de clase, aplicando la doctrina ¨ley y orden¨del gobierno, condenó los huelguistas trabajadores siderúrgicos de la Acería Griega, que dieron por meses lecciones de lucha y de resistencia, mostrando grande coraje en las luchas de los trabajadores frente al ataque de los patronales, los industriales, el gobierno y la UE.

No tuvieron ni pena ni duda en condenar la vanguardia de los trabajadores del sindicato (incluso un trabajador que está gravemente enfermo en hospital). Los trabajadores que a lo largo de su huelga y dentro de las asambleas generales que realizaron no se sometieron y fueron en contra de los órdenes del industrial Manesi, no se aterrorizaron por la intervención del gobierno a favor del empresario y tampoco no tuvieron temor de los mecanismos represivos y de la policía de antidisturbios en la fábrica.

Esta desobediencia la justicia castigó con 21 a 23 meses de prisión, Demostrando una vez más su carácter de clase , adoptando las reclamaciones unilaterales de los empleadores. La fiscal K. Gnesouli y la presidenta K. Polizogopoulou mostraron repugnancia a las movilizaciones populares de los trabajadores por la defensa de sus derechos. Además, los planes contra el ataque del derecho de la huelga están claros, por la intervención en la función y en la vida de los sindicatos. de parte del gobierno y de los grandes grupos empresariales.

Desde primer momento que el empresario Manesis empezó a despedir los trabajadores que se negaban trabajar por 500 euros, se expresó una tremenda solidaridad con los trabajadores de la acería y sus familias.

La lucha de los trabajadores de la acería superó las puertas de la fábrica, fue un asunto de todos los trabajadores en cada sitio de trabajo, en cada barrio, en cada ciudad y pueblo, en Grecia y al extranjero. Desde primer momento, esta lucha fue apoyada con las resoluciones y decisiones de sindicatos, de federaciones, de asociaciones de mujeres, comités populares, comités de desempleados y de consejos estudiantiles.

Esta grande lucha no se manchara, no se puede derrotar por ningún decisión judicial.

Esta es la victoria de los trabajadores siderúrgicos. Obligaron a los dioses y demonios a enfrentarlos en un partido amañado y no se arrodillaron. ¡y nunca se arrodillarán !

Hacemos un llamado a las organizaciones sindicales, a los trabajadores a condenar esta desición inaceptable. A informar sus afiliados, los trabajadores. Hacemos un llamado a los trabajadores a organizar a los lugares de trabajo, a su sindicatos, a fortalecer su unidad y con las luchas de clase derrocar cada mecanismo del sistema que hace nuestra vidaun infierno.

EL SECRETARIADO EJECUTIVO