Mientras que millones de personas en todo el mundo y en los Estados Unidos sufren durante décadas por la privatización de la Salud y los productos farmacéuticos, la CSI, la organización sindical títere de los Estados Unidos, se apresura a aplaudir los anuncios de Biden sobre la supuesta abolición de las patentes de vacunas contra el COVID presentando la guerra de monopolios como desarrollo positivo para los pueblos.
Debido a que la CSI es un mecanismo controlado por los Estados Unidos, hace tal declaración, que oculta que, con el gobierno de Biden, los Estados Unidos está liderando el camino en la recolección de millones de vacunas mucho más que su población, bajo la Ley de Producción de Defensa. Prohíben cualquier exportación de vacunas o componentes de vacunas y privan a otros pueblos de la vacunación.
Al mismo tiempo que Estados Unidos cuenta cerca de 600.000 muertos, la administración de Biden ha continuado la financiación con decenas de miles de millones de dólares en políticas de ayuda a la industria farmacéutica, sin dar ni un solo dólar para fortalecer el Sistema de la Salud Pública, el que los demócratas y los republicanos se han desmantelado durante tantos años.
Mientras que los Estados Unidos habla sobre ¨abolición de patentes¨ tiene acerca de 60 millones de dosis de Astra Zeneca que ya se ha producido o están en proceso de producirse, negociando intercambios económicos y geopoliticos. De hecho, el gobierno de Biden está negociando pisando cabezas para exportar a India parte de los 10 millones de dosis de vacuna que tiene en existencia ¡mientras que miles mueren cada día!
Además, mientras que los Estados Unidos está hablando de abolir las patentes, se acusa al propio EE.UU que bloquea la distribución de los ingredientes necesarios para fabricar vacunas contra el coronovirus fuera de EE.UU, impidiendo la fabricación y distribución de las propias vacunas.
Finalmente, mientras que los Estados Unidos habla de la ¨cooperación internacional¨ frente a la pandemia, continúa su bloqueo mortal y los ataques contra el pueblo cubano y los trabajadores de la salud cubano que han estado a la vanguardia de la pandemia y la lucha por la producción de vacunas.
La CSI, debido de que es una organización títere estadounidense, oculta todo lo anterior y una vez más actúa como anunciante de la máquina asesinada. Una máquina de matar, que por un lado mata a personas en todo el mundo con guerras, intervenciones y embargow, mientras que por otro mata a su propia gente con un sistema de salud totalmente privatizado y de patentes de medicamentos en su tierra.
Los sindicatos que representan a los trabajadores, en principio, no aceptan la Salud y la Medicina como una mercanía, o un ¨arma¨en las guerras comerciales y rivalidades de los centros imperialistas, que compiten, incluso por compartir el mercado de las vacunas. Los sindicatos que representan a los trabajadores, luchan y reclaman el derecho de los pueblos a la salud pública gratuita.
En particular, la pandemia del coronavirus ha puesto de relieve el papel peligroso y asesino de las multinacionales de la salud y la farmacéutica. Cada día que pasa, se revela cada vez más la naturaleza letal de la patentes y la explotación comercial de vacunas y medicamentos por parte de un puñado de monopolios. Vacunas y medicamentos, que son logros de la ciencia y el trabajo humano.