Desde muy temprano y al inicio de las medidas tomadas por el coronavirus, decenas de sindicatos de trabajadores del comercio en todo el país mostraron la situación fiera evolucionada en el ámbito de los supermercados, las tiendas, las oficinas, los almacenes, poniendo en primer plano las demandas de protección inmediata de los trabajadores ante el coronavirus. No fue la responsabilidad individual sino la reivindicación colectiva la que presó trayendo algunas mínimas medidas de protección a los espacios laborales.
Durante todo esto reto nuestros compañeros de los supermercados están trabajando con abnegación para servir a los consumidores y que no falte nada de ningún hogar popular. Sin embargo, estos trabajadores tienen su propia vida, sus propias familias, los mismos miedos, los mismos problemas y las mismas necesidades que tenemos todos los demás.
A través de la rueda de prensa de hoy querríamos mostrar aspectos importantes vinculados a la situación en las cadenas de supermercados, presentar denuncias importantes y representativas venidas diariamente y también aducir la respuesta la que, según nuestra opinión, deben dar los trabajadores del comercio y las organizaciones sindicales.
Compañeras-os, quizá nosotros no poseamos la formación científica para contemplar asuntos médicos sobre el virus, no obstante, poseemos el sentido común basándonos al cual valoramos cualquiera que escuchemos de los científicos diariamente. Hasta hoy seguimos las órdenes de la Organización Nacional de Sanidad Pública (EODY) y de acuerdo con ellas reivindicamos la máxima protección de los trabajadores en los espacios laborales, mostramos vacíos y escaseces importantes denunciados a nosotros.
Pues, según dicho sentido común, no podemos entender cómo al mismo tiempo que escuchamos oraciones pomposas sobre el coronavirus -el que no distingue menores de mayores, mujeres de hombres, ricos de pobres, el mismo virus que es peligroso y del contagio fuerte por cualquier posible contacto en cualquier lugar fuera- él de repente por magia se hace invisible, menos peligroso o no entra por las puertas correderas de los supermercados. Porque desde el primer día hasta hoy las medidas de protección en la mayoría de los supermercados son por apariencias como si no haya virus.
No podemos entender cómo al mismo tiempo que, según los expertos, todos debemos comportar como si seamos portadores potenciales del virus, cuando según las advertencias, en espacios cerrados hay que tomarse medidas de protección particulares, los trabajadores de supermercados por un mes y medio están completamente expuestos entre centenas de personas alteradas diaria y continuamente dentro de los establecimientos.
No podemos entender el por qué nuestros compañeros en Italia trabajan dentro de los supermercados llevando mascarillas, guantes, incluso gafas especiales -por supuesto todo esto después de centenares de muertos- mientras que en nuestro país los trabajadores están completamente indefensos.
Estas problemáticas y otras similares no son sólo nuestras. Tales preocupaciones también tienen nuestros compañeros en muchos países donde actualmente la pandemia está en brote y son muchos los que han dado positivo al virus como muchos son los muertos.
En Francia el pasado miércoles 8 de abril se celebró huelga general en los supermercados bajo el título «la huelga que salva vidas» como en el sector ya se han registrado seis muertos y muchísimos infectados. Para los compañeros de Aísa -compañera en el CARREFOUR en San Denis, Francia- fueron suficientes unas pocas cartas para denunciar el crimen y su muerte injusta. «VUESTRA RENTA-NUESTROS MUERTOS» fue escrito en la entrada del establecimiento donde trabajaba la compañera. Los empleadores, a pesar de las denuncias, sostenían que las mascarillas asustan a los clientes.
A las exigencias de medidas de protección de los dependientes franceses de los supermercados, el gobierno respondió con nuevos privilegios para los empleadores. La semana laboral se expendió a las 60 horas, con tiendas abiertas los domingos, con disminución del reposo entre dos días hábiles.
En Bélgica nuestros compañeros los últimos días están realizando movilizaciones polifacéticas con demanda principal la protección de su vida. El pasado viernes 3 de abril hubo huelga en seis establecimientos de Carrefour belgas con demanda el refuerzo de los medios de protección de los trabajadores. El pasado 1 de abril en Delhaize, empresa matriz de la AB Vasilopoulos, los trabajadores cerraron los establecimientos porque no había guantes, mascarillas ni indemnizaciones fuera de los cupones con fecha de caducidad.
En Bélgica otro de nuestros compañeros del grupo empresarial Colruyt perdió su vida. Compañeros suyos del mismo establecimiento denunciaron que no se sentían seguridad en el trabajo y esto podría durar meses. El gobierno y los empleadores se niegan a comprobar si otros trabajadores hayan sido examinados y si hayan dado positivo.
En España los trabajadores de los supermercados afirman que se sienten demasiado expuestos. Da pena, dicen, el hecho que ciertas cadenas de supermercados en una crisis sanitaria, valoran las ventas más que la salud de sus trabajadores.
En Italia, una vez estallada la pandemia, un cajero en Bresia perdió su vida por el coronavirus, hecho que encendió la conversación sobre la protección de los trabajadores en los supermercados. La semana pasada hubo el último registro de fallecimiento de un guardia privado de supermercado quien se perdió su vida. Los sindicatos como también bastantes medios de comunicación estiman que hayan muerto más trabajadores sin haberse registrado las muertes como casos del coronavirus. Los trabajadores cuentan que están insuficientemente protegidos y temen de que traen algo a sus casas, que no están equipados adecuadamente para combatir la pandemia.
Además, denuncian que, a partir de reivindicar la protección sanitaria, están trabajando sin parar, horas extras continuas. Subrayan que los responsables, en vez de reducir la jornada laboral y cerrar los establecimientos los fines de semana, decidieron imponer turnos de más de 12 horas por días consecutivos, añadiendo [los trabajadores] que los supermercados no son un servicio social, como se deja interpretar, sino una persecución de renta en plena pandemia.
En América donde el virus va avanzando rápidamente, sólo los últimos días se han perdido su vida al menos cuatro trabajadores de supermercados en todo el país. Una compañera de Manhattan cuenta que se registraron dos casos en su área y había trabajado consigo en los mismos turnos las dos últimas semanas. Sin embargo, ya que no puede hacer test diagnóstico para ver si dará positivo, sigue trabajando hasta tener síntomas. Como ella misma afirma, «tengo miedo de ir al trabajo preocupándome por un trabajo que paga muy pocos dólares por hora».
Los trabajadores de los supermercados tienen conciencia que se han hallado en el frente de esta pandemia. Lo reconocen todos como se ve por las campañas y las gracias públicas de las empresas, los canales y los gobiernos.
¿Eso es suficiente? ¿Es suficiente que digamos que son héroes? Detrás de las grandes palabras y las lisonjas están escondidas explotación, hipocresía, mentiras. Responderemos con las palabras de una compañera de Italia «Unos dicen que somos héroes. No lo creo. Hacemos nuestro trabajo. No quiero ser heroína. Sólo quiero que respeten mi vida.»
¡Compañeras-os, debemos emplear la lengua de la verdad! Los trabajadores de las cajas, los frigoríficos, el abastecimiento, los trabajadores expuestos al virus son de los menos pagados, los peor pagados. Son los trabajadores quienes en su gran mayoría trabajan en ocupación parcial de cuatro o seis horas no por opción suya. Hay varios trabajadores quienes trabajan con convenios definidos de pocos meses, o sea, trabajadores quienes ahora están expuestos al coronavirus y mañana estarán desempleados. En Francia como también en nuestro país, los grandes grupos de los supermercados presentaron los bonos extraordinarios que dieron con el propósito de mostrar un rostro social garantizándose indirectamente publicidad gratis. En Francia los trabajadores llamaron a estos bonos «bonos de muerte». Ningún bono, que se subraye que no es obligatorio, consta salario tampoco obliga a las empresas a que paguen distribuciones de seguridad, tampoco puede estar por encima de la protección de la vida, equilibrar o sobrepasar la ausencia de los medios de protección ni la exposición al virus.
En su mayoría los bonos anunciados constan cupones de compra que devuelven a las cajas de las empresas. En estado de pandemia los trabajadores deberían estar completamente protegidos por todos los medios de protección, debería haber garantizado y obligatorio un subsidio de empleo insalubre y principalmente deberían tener trabajo fijo y estable de derechos de seguridad social, jornada laboral de 8 horas y semana laboral de 5 días. Todo el resto es palabras sordas e hipócritas, sin menospreciar el valor de cualquier adición que aumente los ingresos de los trabajadores.
Por todos los anteriores y por los que sigan en las próximas posiciones de los compañeros, llamamos a todos los sindicatos de los trabajadores del comercio y los trabajadores privados, a nivel empresarial y sectorial, que definan el próximo miércoles 15 de abril como día de intervención y acción, información y reivindicación en los espacios laborales de las cadenas de supermercados. Cumpliendo con todas las medidas, que se hallen en los establecimientos, al inicio de los turnos, al recreo, a la salida. Que se muestren las demandas de protección, que se apoyen nuestros compañeros de los supermercados, que se denuncien las arbitrariedades de los empleadores.
Llamamos a nuestros compañeros de los supermercados que den la talla y que levanten el puño para defender su vida, la vida de sus familias. Que pongan por delante los asuntos de su protección, de su salud, de sus derechos.
Nuestros compañeros de los hospitales afirman que las bocas cubiertas tienen voz. ¡Esta voz es la suya, la nuestra, la que se debe reforzar!
Nadie que se arrastre del agua y el agua sucia de la pandemia.
Jornada de Acción de los Trabajadores del Comercio en Grecia, 15 de abril