Estimados compañeros, camaradas y amigos:
De parte de la clase obrera de Grecia y de su polo clasista en el movimiento, es decir del Frente Militante de todos los trabajadores (PAME) que agrupa centenas de organizaciones sindicales y miles de trabajadores, transmito un saludo militante, combativo, clasista e internacionalista a los trabajadores de Brasil y su organización CTB.
Es un honor de participar en su congreso y una oportunidad de fortalecer nuestras relaciones. Especialmente hoy que el capital, junto con todas sus organizaciones internacionales y los partidos políticos que de todas maneras apoyan su estrategia, han lanzado un ataque estratégico por todos los flancos contra los trabajadores y las capas populares, los campesinos pobres, los autónomos, las mujeres, la juventud.
El ataque está avanzando con especial barbaridad y se intensificará aún más. En Grecia la patronal, el gobierno de coalición entre liberales-socialdemócratas y una parte de centro izquierda, y la Troika (UE, Banco Europeo y FMI) impusieron un memorando de medidas de austeridad brutales. Mencionamos algunas de las consecuencias de dichas medidas:
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Disparo de desempleo del 8% (2008) al 27% (2013). En las mujeres 45% – 50%. En los jóvenes más de 65%
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1,5 millones de desempleados en un total de población activa de 4.5 millones (datos oficiales que ocultan un gran porcentaje de desempleo).
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Miles de despidos en el sector público y privado, en la Educación, la Salud, la Administración Municipal etc.
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Disparo del empleo flexible del 5% al 40%. Trabajo informal más de 40%
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Trabajadores impagados por meses, la mayoría en el sector privado pero muchos en el sector público también
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Promulgación de “libres despidos” (sin expresión de causa) y recorte hasta abolición de la indemnización.
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Abolición de los convenios colectivos, sustituidos por contratos individuales.
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Regulación del salario mínimo por ley del estado, con una reducción que llega de 756 euros a 500 euros mensuales.
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Reducción del subsidio de paro de 450 a 350 euros, que sin embargo sólo muy pocos desempleados consiguen.
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Recortes salariales y en pensiones de más de 20%-40%, mientras se prevé que habrá más reducciones.
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Precios altos y disparo de los impuestos populares a través de tributos extraordinarios, incluso para los desempleados. La mayoría no puede pagar y está castigada con cortes de energía y agua, con pérdida de la vivienda por parte de los bancos y el Estado.
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Abolición del domingo como día festivo y del empleo de horario fijo.
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Las Cajas de Seguridad Social quedan vacías (debido al desempleo, los recortes salariales, la reducción de las contribuciones del empleador y de la reducción de la deuda que afectó sus fondos). Riesgo de suspensión de pago de pensiones y suspensión de prestaciones de salud.
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Los hospitales y las escuelas públicas están degradadas y cierran. Educación y Salud se entregan completamente al capital privado. Gran parte de la población no tiene acceso a estos bienes.
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La inmigración está creciendo a un ritmo frenético.
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Miles de pequeñas y medianas empresas están cerrando, autónomos se convierten en desempleados y sin seguro.
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Miles de campesinos están desarraigados a causa del costo alto de producción y precios bajos de sus productos, gracias a PAC (Política Agrícola Común de EU). La tierra está pasando en manos de las grandes empresas capitalistas.
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El 40% de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Incrementan los casos de subalimentación.
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Al mismo tiempo aumentan los subsidios, las exenciones fiscales y los privilegios para el gran capital.
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Se privatizan todos los bienes estatales (energía, agua, ferrocarril, puertos, aeropuertos, industria estatal, partes de la administración pública, salud, educación, etc.)
El Estado, a través de los pactos con la Troika, toma préstamos sólo para pagar los prestamistas y para afianzar los bancos, que a su vez prestarán el capital. El pueblo está cargado con los préstamos a través de los memorandos aludidos. Nada va para las necesidades populares. A pesar de la reducción de la deuda, ésta crece. Del 120% al 174% del PIB. (Producto Interior Bruto)
La crisis se profundiza y las estimaciones de todos los organismos predicen que la situación empeorará. Ante el miedo de estallidos populares se intensifican el terrorismo patronal y la represión estatal.
La política no está desligada de la economía. Se revela el verdadero rostro del sistema: la dictadura de los monopolios.
Durante los últimos años se han organizado luchas importantes en Grecia, encabezadas por PAME: huelgas, protestas, tomas, presión al sindicalismo pactista para convocar 30 huelgas. Destaca la huelga de los trabajadores de la Acería Griega para la no reducción de sus salarios que duró varios meses, con la contribución de PAME, que incitó solidaridad internacional. Dicha huelga es un gran legado para el movimiento obrero. Gran porcentaje de los trabajadores confía en PAME y apoya sus iniciativas. La legalidad burguesa se cuestionó con la consigna “ley es el derecho del obrero”. PAME cuestionó movimientos como “los indignados” o los “sin sindicatos”, que se desanimaron pronto, pero después de haber fortalecido el partido nazi “Amanecer Dorado”. Luchó contra la igualación entre comunismo y fascismo (la política oficial de la UE) ya que el anticomunismo prepara el terreno para un ataque universal hacia todos.
El carácter de la crisis
Aunque dichas luchas no han impedido la aplicación de las medidas, sin embargo hemos conseguido experiencia clasista. Las conciencias cambian entre estratos de trabajadores quienes han participado en la lucha por primera vez. Por tanto, es necesario tomar conciencia del carácter de la crisis, aumentar el número de trabajadores en los sindicatos, cambiar las correlaciones, confrontar la lógica de encomienda de la solución a “salvadores”, cambiar la idea de que las luchas son ineficaces, afrontar las exigencias reducidas de los trabajadores. Es por esa reorganización del movimiento que PAME está luchando. De todas maneras los cambios grandes nunca han sucedido de manera lineal, se necesita preparación y concentración de fuerzas para el enfrentamiento decisivo. La clase obrera es todopoderosa cuando está organizada y convencida por la necesidad de la lucha contra el capital y sus partidos.
La misma política se está aplicando en otros países, donde no tienen una deuda grande, en países con memorandos (Irlanda, Portugal) o sin memorandos (España, Italia), en países donde la crisis se agudiza (Francia, Gran Bretaña) y en aquellos que se han recuperado (Argentina, Brasil), en países dominantes (EE.UU, Alemania, Japón). Amigos y enemigos del sistema hablan ya de una crisis prolongada y sincronizada del capitalismo. El movimiento debe tener una imagen clara sobre las causas y el carácter de la crisis. No se trata sólo de una cuestión teórica, sino también de una cuestión práctica de importancia estratégica. Define quienes son nuestros enemigos y nuestros aliados, la orientación de la lucha del movimiento, la unidad de objetivos estratégicos directos. Protege el movimiento de las ilusiones- trampas, que ya las ha pagado. De ello depende su unidad y su eficacia. Si podrá responder a su misión histórica de liberar la clase obrera de la explotación. Por lo tanto, es necesario contestar a preguntas como:
¿PORQUÉ las crisis se repiten constantemente a pesar de los cambios de gobiernos (liberales, socialdemócratas) y las diferentes políticas de gestión?
¿PORQUÉ en varios países, con diferentes problemas estructurales, están sufriendo de la crisis?
¿PORQUÉ, a pesar de que las fuerzas productivas, la tecnología y el conocimiento humano se están desarrollando, a pesar de que el trabajo humano ha producido el aumento vertiginoso de riquezas, sin embargo la vida de cada vez más personas está empeorando?
¿Es posible salvar al sistema a través de otra gestión, dentro del propio sistema?
¿Existe camino para los trabajadores a fin de salvarse de esta barbarie?
Sobre estos asuntos, se confrontan dos líneas dentro del movimiento: La línea de la colaboración y de gestión del sistema, y la línea clasista para su derrocamiento.
En Grecia, la primera está representada por fuerzas sindicales del neoliberalismo, la socialdemocracia y los oportunistas de centro-izquierda, que han apoyado la Central Sindical GSEE, una Central Sindical de la sumisión social y del diálogo. A nivel internacional dicha línea está representada por la CES y la CSI.
La segunda, la línea clasista, está representada en Grecia por PAME y a nivel internacional por la FSM. Permítanos presentar algunas estimaciones basadas en la realidad:
El “oponente” del bloque socialista puede haber desaparecido, sin embargo las crisis capitalistas se agudizan. En lo único que todos los capitalistas coinciden es sobre la disminución del precio de la fuerza laboral. Pero la competencia feroz entre ellos multiplica las guerras a fin de garantizar sus mercados, sus fuentes energéticas, sus rutas de transporte. Con todo, insurrecciones populares se ven engañadas tratando de servir intereses ajenos al pueblo, intereses que convienen una u otra parte de la burguesía (p.e. Egipto) con la intervención internacional.
El ataque empezó con las reformas capitalistas en la década de los 70. La crisis ha convertido la imposición de dichas reformas más violenta. Las medidas aplicadas hoy en día están previstas en los tratados de Maastricht y de Lisboa de las décadas de los 90 (reducción de salarios, flexibilidad de relaciones laborales, derrumbamiento de la Seguridad Social, privatizaciones etc.). Dichos tratados fueron votados en Grecia por neoliberales (Nea Dimokratia), socialdemócratas (PASOK) y centro-izquierda (SIRIZA).
¿Cual es la posición de PAME sobre la crisis, conque define su estrategia y su táctica?
Se trata de una crisis cíclica del capitalismo a causa de la sobre acumulación de capital, como todas las crisis que han precedido. De esta manera se desata violentamente la contradicción principal, es decir que los bienes se producen con el trabajo de muchos mientras la apropiación de los resultados es privada, la propiedad es capitalista. Cada capitalista produce lo máximo posible a fin de desplazar sus rivales y predominar en el mercado. Rebaja los salarios de los trabajadores (que además son los consumidores de los productos) y despide. La sobre explotación de una parte de los trabajadores se convierte en requisito para el desempleo de otra parte de ellos. Es una locura social: la acumulación de riqueza de los capitalistas significa obligatoriamente acumulación de pobreza para el pueblo.
La anarquía de la producción sucede porque el único objetivo es la ganancia, la producción no puede ser planificada, las proporciones se echan abajo, no es posible prever la incapacidad de consumir todo lo que se produce. Mercancías quedan sin vender. Las ganancias disminuyen, la producción está interrumpida, los capitales no se invierten, quedan estancados, se acumulan hasta hallar oportunidades de inversiones rentables, las necesidades populares no se satisfacen. Por ejemplo, en Grecia hay 200.000 casas sin vender, mientras muchos corren el riesgo de perder sus viviendas a causa de sus deudas.
Los capitalistas griegos han sacado a Suiza 600 billones de euros, es decir más del doble de la deuda pública, al mismo tiempo que la producción se está tambaleando. Y no son los únicos. El mercado ha desbordado de ganancias en el período de desarrollo. La destrucción de fuerzas productivas es necesaria para el “nuevo arranque” de la economía bajo términos de rentabilidad. La primera fuerza a destrozar es la fuerza laboral. En esto están coordinados todos los capitalistas en todos los países.
Pero se destrozan otros sectores del capital también. Las empresas más pequeñas cierran. La producción se concentra en menos monopolios, más grandes. Capitales monetarios se están abaratando (baja de la bolsa, desvaloración de bonos del Estado y reducción de depósitos bancarios). La competencia entre sectores de la burguesía y diferentes Estados se está agudizando, sobre quién pagará más o menos la crisis. El desarrollo que seguirá será débil, corto, constituirá la preparación de una crisis nueva. Estará basado sobre la indigencia y el desempleo. Las inversiones privadas no pueden absorber millones de desempleados, sino sólo crear muy pocos puestos de trabajo precario y mal pagado. Las crisis están atadas al DNA del capitalismo, no se pueden evitar. Ocurren independientemente del deseo humano. No están afectadas por una buena o mala gestión gubernamental, por diferentes opciones de políticas dentro del marco del sistema. El ataque antipopular es calle única para el capitalismo. Habrá crisis mientras haya capitalismo, quien las genera y no tiene más que dar. Las crisis intensifican la podredumbre y la barbarie del capitalismo, pero a la vez producen reacciones, condiciones y fuerzas para su derrocamiento.
Para el PAME dicha análisis tiene importancia fundamental. Define la orientación general de la lucha del movimiento obrero, con la cual deben estar vinculadas las peleas diarias sobre problemas parciales, pequeños o grandes de los trabajadores, abre el camino para el derrocamiento de la “matriz” de las crisis. Si la causa es la propiedad privada en los medios de producción, los primeros que tienen interés en eliminarla son aquellos que no tienen propiedad privada, es decir la clase obrera. Es ella que puede encabezar una alianza social con otros estratos populares afectados (campesinos pobres que están desarraigados, autónomos que cierran sus tiendas, mujeres y jóvenes).
PAME tomó la iniciativa de aunar los polos radicales de dichos estratos, en una dirección antimonopólica-anti-imperialista, es decir anticapitalista, conectando la salida de la crisis a favor del pueblo y no de los monopolios, con la propiedad privada en los medios de producción y del poder político. Es decir, no sólo cuál partido está en el gobierno, pero cual clase tiene en sus manos la propiedad y por tanto el poder político.
Hay quienes sostienen que la crisis es una “crisis de deuda”, otros que es una crisis de capitalismo-casino, de capitalismo-pirata de los bancos. Echan la culpa sólo a la gestión neoliberal y no a la naturaleza del propio sistema, al cual exculpan. PAME considera que es una crisis típica de sobre acumulación.
La deuda es el resultado y no la causa de la crisis. La crisis de sobre acumulación ha contribuido al incremento de la deuda. El FMI sostiene que la deuda de los países desarrollados, del 75% del PIB que estaba antes de la crisis llegará al 120% en 2014. La deuda está debida al reforzamiento del capital por parte del Estado y no a la satisfacción de necesidades populares. La deuda es un elemento del desarrollo capitalista. ¿Cuál poder podrá negar el pago de esta deuda? No puede ser un poder burgués. Sólo el poder de la clase obrera puede.
Algunos sostienen que hay que reconocer la parte legal de la deuda. Sin embargo, ni los pueblos deben algo, ni existe mejor modo, más combativo, para negociar el alivio de la deuda. Así, reconociendo parte de la deuda, reconocen los contratos de préstamo del país con los prestamistas y la condición de que los préstamos deben entregarse totalmente para el apoyo de los bancos (que deben salvarse a toda costa para financiar la recuperación capitalista) y que dichos préstamos deben pagarse por el pueblo. Es decir, que otro gobierno imponga nuevos memorandos. Dicha postura no puede enfrentar el desempleo y la indigencia, que son el trampolín para la recuperación capitalista.
La opinión de que un grupo de bancos estatales puede desencadenar un desarrollo controlado de las empresas saludables, ignora el hecho de que estas empresas trabajan para su rentabilidad, bajo las condiciones que les imponen los prestamistas. La función de empresas saludables está basada en las ganancias con el robo del ingreso de los trabajadores.
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Sólo PAME niega reconocer la deuda. Lucha por la cancelación unilateral de toda la deuda, que libera las fuerzas productivas del país a favor de las necesidades populares.
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Sólo PAME lucha por la salida de la UE. Es un factor que agudiza la crisis, una “alianza de lobos” que coordina los monopolios contra los trabajadores, sea con gobiernos neoliberales o socialdemócratas. La participación en la UE no es una selección nacional si no una selección clasista del capital, para mejorar su presencia a nivel internacional. Las opiniones de centro-izquierda de que eso puede cambiar son una ilusión y han llevado estas fuerzas a apoyar selecciones bárbaras e incorporar el mundo obrero en su política, lo que ahora está pagando.
Por otro lado, la cancelación unilateral de la deuda y la salida de la UE no pueden por si solas garantizar la prosperidad popular. Existen sectores del capital que pueden apoyar dichas posturas. Expresan intereses empresariales (sobre todo exportadores) que les conviene el regreso a la unidad monetaria nacional, la salida de la UE y de la zona del euro, están beneficiados de la fluctuación de la moneda nacional. Consideran que, al no pagar la deuda a los prestamistas, los fondos nacionales pueden disponerse a fin de apoyarlos. DichapolíticapreexistíaenGreciaymuchospaíses. Noevitalacrisis. Está basando “el desarrollo” en préstamos provenientes de bancos y el Estado, que de nuevo pagarán los trabajadores. Los salarios reducidos y el desempleo son requisitos para esta política también.
Estas posturas a nivel político se expresan a través de consignas sobre la “unión patriótica” en contra de los prestamistas y la “ocupación” que han impuesto a los países más pobres. A nivel internacional están hablando de cooperación entre los países del sur europeo (ignorando las contradicciones que tienen entre ellos), una nueva negociación de la deuda, bajo el liderazgo de gobiernos burgueses quienes están al servicio de la economía libre, que nos ha llevado a la situación actual.
En Grecia, coinciden en esta dirección fuerzas políticas heterogéneas teniendo como base común la aceptación de la primacía de los monopolios, el respeto a su poder económico y político. Empezamos con la banda nazi-criminal del Amanecer Dorado (que a pesar de sus expresiones anti -sistémicas funciona como falange del sistema jugando el papel de represión del movimiento y de apoyo a la patronal), pasamos por partes de las formaciones neoliberales y socialdemócratas para llegar hasta la centro-izquierda de SIRIZA. Dichas fuerzas están apoyadas por diferentes partes del capital y de la prensa burguesa, que hasta ahora estaban a favor de la imposición de los memorandos. De esta manera se está creando una base para la alianza (véase sumisión) de partes del movimiento con partes del capital, a favor exclusivamente de este último.
He aquí el por qué analizar el carácter de la crisis, que define la estrategia y las alianzas sociales. La crisis no es nacional, sino clasista. De ella sale ganando el capital, perdiendo los trabajadores. Si el movimiento obrero lucha bajo las banderas de parte del capital esto significa retroceso estratégico de los trabajadores, desarrollo con desempleo e indigencia, abierto al riesgo de nuevas crisis.
Las opiniones aludidas expresan una realidad:
El capital y sus fuerzas políticas, destrozan las fuerzas productivas y empobrecen al pueblo, perdiendo hasta sus propios aliados dentro del pueblo (trabajadores muy bien pagados en el sector público etc.). Conociendo que no volveremos al nivel de bienestar de antes de la crisis y que la situación va empeorar, temen brotes populares que pueden disputar el núcleo de su poder. Están obligados a reformar el sistema político con el único fin de absorber e integrar al sistema las reacciones populares, de no poner en peligro el poder de los monopolios. Es un esfuerzo que se está desarrollando tanto a nivel sindical como a nivel político.
En Grecia se han desprestigiado las fuerzas sindicales (hasta ahora dominantes), de los neoliberales y socialdemócratas. Antes y después de la crisis, a través del “diálogo social”, se retractaron negociando sobre lo que pierdan y no lo que ganen los empleados. No se equivocaron, se aliaron a los empleadores y el Estado para la reducción de los salarios, la abolición de los convenios colectivos. Contribuyeron a la redistribución del ingreso a expensas de los trabajadores, cultivaron una mentalidad de retirada, del “mal menor”, del esfuerzo nacional para superar la crisis, de la integración de las víctimas en la lógica de los agresores.
Una gran parte de sus fuerzas se incorporó de manera organizada en las fuerzas sindicales de centro – izquierda (SYRIZA), acomodando allí el arsenal ideológico y político del compromiso de clase. Las fuerzas sindicales de la centro- izquierda y su actor político (SYRIZA) contribuyen a la reforma de la escena sindical y política, sin poder evitar las contradicciones como las que veremos a continuación:
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Tienen como consigna única de los sindicatos el derrocamiento del gobierno actual para ocultar sus concesiones, para ocultar que en los lugares de trabajo se aplican memorandos contra los trabajadores. Firman convenios colectivos con recortes de salarios y de derechos.
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Aceptan colaboraciones entre el sector público y privado que siempre benefician al segundo y abren la puerta a la privatización. Hablan sobre el fortalecimiento de los capitalistas “saludables” como si hubiera capitalistas que ganan sin explotación de los trabajadores, etc.
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Promocionan teorías keynesianas anticuadas de regulación de los mercados. Pero el mercado significa ganancia, competencia. No puede ser a favor del pueblo. No pueden coexistir los beneficios empresariales y la prosperidad popular.
Esta política no disputa la lógica dominante del sistema, contemplando sus prioridades (continuación de los contratos de préstamos con la Troika para fortalecer los bancos, permanecer dentro de la UE, etc.) Llama al pueblo a derrocar el gobierno actual, es decir, sustituir el personal político del sistema sin cambiar la esencia de la política.
Esta línea manipula las reacciones populares cultivando la idea de que el país está bajo ocupación por los prestamistas y sobre todo Alemania. Exculpa el capital que creó la crisis y se está beneficiando de ella y prepara el terreno para otra mezcla de gestión de la crisis, que se expresa sobre todo por el gobierno de los EE.UU. y Obama. Representa diferentes partes del capital y de las fuerzas internacionales que tienen miras a un polo del imperialismo mundial, los EE.UU., en yuxtaposición al polo alemán y de la U.E.. Desorienta el pueblo y rescata al sistema y sus crisis.
Es muy representativo el hecho de que dicha posición empezó a defenderse por los grupos importantes de la prensa burguesa tanto en Grecia, como en los EE.UU. (véase el artículo de apoyo a SYRIZA en New York Times) que estaban patrocinando los memorandos. Esta posición está sostenida por la Asociación de los Industriales también, como una alternativa para absorber las reacciones populares, las cuales no deben llegar a cuestionar el poder de los monopolios. Todo esto compagina con las grandes concesiones de la centro-izquierda en cuanto a sus compromisos preelectorales, su aproximación a la política de la austeridad, del desempleo y del apoyo a los empresarios y a los memorandos.
Esta experiencia no es sólo griega, es europea también. La socialdemocracia, al acercarse a los neoliberales pierde la posibilidad de manipular al pueblo e integrarlo al sistema. Se sustituye por la centro-izquierda en el papel del salvador del sistema, quien absorbe la reacción popular sin cambiar de política. La experiencia de la participación de fuerzas de centro-izquierda en los gobiernos de la UE demuestra que no han amortizado la crisis (aparte no podrían) sino que se han convertido en parte de ella. Impusieron opciones antilaborales del capital a los trabajadores, participaron en intervenciones imperialistas.
Por último, una cuestión estratégica, con respecto al diálogo político:
¿Sería a favor de los trabajadores que una fuerza radical, clasista, en dirección a derrocar el sistema, participara en gobiernos de coalición con otras fuerzas que proclaman otras mezclas de manejo de la crisis dentro del marco del sistema, apoyando las propias bases del sistema?
Según nuestra opinión, sería una retirada y una derrota de importancia estratégica para el movimiento. Con el compromiso de apoyar un tal gobierno que no cuestiona el sistema, se convertiría en factor de inactividad y de integración al sistema de las masas obreras radicales y las desorientaría, creando la ilusión de que las crisis se pueden evitar dentro del contexto del sistema. Además, entraría en conflicto con el pueblo e impondría medidas antipopulares. La clase obrera perdería su acción clasista independiente y su propia organización. Trabajaría para los intereses de sus explotadores.
No existe una mezcla de políticas en el capitalismo que detenga las crisis, que sirva tanto a los intereses de los explotadores como a los de los explotados, de los capitalistas y de los trabajadores. Cualquier intento similar en el pasado se demostró beneficioso para los primeros y desfavorable para los últimos.
Las luchas de PAME, para defender los derechos vitales de los trabajadores (contra los despidos y recortes salariales, contra el cierre de empresas, los impuestos impopulares, la privatización, la abolición de los derechos a la salud y la educación) tropiezan en el hecho de que los capitalistas no pueden superar su propia crisis sin estas medidas. Por lo tanto, incluso victorias pequeñas y parciales del movimiento se están convirtiendo cada vez más difíciles. Para lograrlas hay que romper con el alma de la política del capital, y conducir a derrocamientos, bajo una dirección antimonopólica, anticapitalista.
Por fin, para servir el objetivo inmediato y táctico se requiere conflicto radical con el sistema.
Para el PAME, la negación de las fuerzas radicales a participar en gobiernos de administración y no de derrocamiento es un legado de importancia estratégica para el movimiento. El PAME en lugar de coaliciones con fuerzas de reforma y mantenimiento del sistema elige:
La unidad clasista de los trabajadores, basada en sus características sociales y de clase y no en su voto en las últimas elecciones, en dirección a enfrentarse con la patronal y con su dominio en la economía y la política, enfrentarse con la base de su soberanía, con la propiedad privada en los medios de la producción.
Elige la alianza social, de todos los estratos populares que gimen de la crisis (agricultores pobres, autónomos, mujeres, jóvenes). Una alianza organizada a nivel ramal y regional, con comités populares en los barrios de las ciudades y los pueblos.
El PAME no requiere un acuerdo con el total de su perspectiva política, pero pone como criterio de participación en la alianza, tres condiciones básicas, directas y combinadas:
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Cancelación unilateral de la deuda.
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Salida de la U.E.
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Socialización de medios fundamentales de producción.
Es la única manera de proteger a los trabajadores de los efectos de la crisis, y las trampas de gestión de la crisis contra ellos mismos. Es la única manera que abre el camino para una economía planificada al servicio del pueblo, bajo el control de los trabajadores, con el poder en las manos del pueblo.
Gracias.