En un momento en que se produce una riqueza inconcebible y la ciencia da saltos y puede resolver enormes problemas de la sociedad, los trabajadores vivimos la escalada del autoritarismo, la represión y la reacción.
La sentencia del Tribunal Supremo de EEUU sobre el aborto demuestra que la reacción y el conservadurismo son la evolución natural de un sistema basado en la injusticia y la explotación. Un sistema que en su esfuerzo por preservar la rentabilidad de unos pocos alimentará y cultivará las fuerzas más reaccionarias y retrógradas, tirando de la sociedad hacia atrás.
Por estos desarrollos enormes son las responsabilidades de las fuerzas que ahora se presentan como defensoras de los derechos de las mujeres y del progreso, pero que desde hace años acarician los oídos de las fuerzas ultraderechistas y fascistas, aplastando los derechos de las trabajadoras y preparando el camino para los desarrollos actuales.
El derecho de las mujeres al aborto se consiguió como resultado de grandes luchas obreras y sociales por la igualdad y los derechos de las mujeres.
No volveremos a la Edad Media.
Defendemos los derechos evidentes de las mujeres.
Intensificamos la lucha para hacer avanzar a la sociedad y enviarla al cubo de la basura de la historia.