PAME expresa su solidaridad con los pueblos de Myanmar y Tailandia, que aún siguen contando muertos y desaparecidos tras el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar, Tailandia e incluso provincias de China hace tres días.
La junta birmana ya ha anunciado la muerte de al menos 1.600 personas y según análisis de institutos geodinámicos publicados en medios internacionales, cientos de miles de personas en Myanmar viven en casas vulnerables a los temblores del terremoto, lo que aumenta el riesgo de incluso miles de muertes.
En Tailandia, el derrumbe de un rascacielos en demolición provocó la muerte de 7 trabajadores y 81 personas atrapadas en su interior.
En todo el mundo el dilema “o sus beneficios o nuestras vidas” se hace más actual que nunca, ya que una vez más los trabajadores, las estratos populares pagan con sus vidas, la falta de medidas de protección contra las los desastres naturales, la falta de viviendas dignas y seguras, como en Grecia y en todo el mundo se consideran costos.